lunes, 27 de agosto de 2012

Cruce de Caminos


 
El mismo día que la princesa Mari Cruz Campo escotada y escoltada por franciscopulos, guardián del reino parte al camino pagano. Albertopulos en la piscina busca consejo de la diosa Afrodita en el tema del amor, mientras comparten una pinta.

Afrodita conoce bien los temas del amor comparte su corazón con Zeus, aunque el amor compartido de Albertopulos y Franciscopulos hacía la princesa es difícil de entender.

El sábado por la mañana temprano para evitar el calor, Albertopulos parte en solitario desde la estación de Cercedilla al Acueducto de Segovia, meta de los 100 km de Madrid a Segovia que corren el próximo 22 de septiembre.

A las nueve de la mañana bajo una lluvia fina, Albertopulos después de plantar un pino, parte hacía Segovia siguiendo las flechas amarillas del camino de Santiago, los primeros kilómetros de subida hasta el puerto de la Fuenfria, punto más alto de la ruta donde llega en una hora.

Desde el puerto veinte kilómetros de descenso hasta Segovia, por el camino graba con su cámara parte del recorrido y piensa en su amigo Franciscopulos que escolta a la princesa y espera que cumpla el pacto de caballeros de compartir sus corazones por la princesa Mari Cruz Campo.

A las doce de la mañana Albertopulos cruza por debajo del acueducto y completa los 30 km de Cercedilla a Segovia en un tiempo de tres horas, lo primero para recuperar una copa de cerveza fría en el restaurante Aqqueducto, donde el día de la media Mahouhamed, Miguel Alhambra, el Tortuga y el primo Jorge o mejor dicho los Zumbaos o j.A.S.P. compartieron con Estrella, familia y amigos un menú típico segoviano, hablando de comida se acerca la hora de comer y Albertopulos pasea por el centro buscando una posada económica para comer el menú segoviano, judiones de la granja y cochinillo acompañado de un buen vino.

En la plaza al lado de la Catedral otra copa de cerveza con tapa, bajando unas escaleras encuentra una posada con menú segoviano, por menos de veinte monedas su precio.

Dos jóvenes y guapas taberneras le sirven los platos y el vino, durante la comida Albertopulos se fija en las taberneras escotadas y en las paredes con frases escritas que bien podían haber sido escritas por el cuentista.

Con el primer vaso de vino echa de menos a Franciscopulos, Afrodita y la princesa para compartir el menú segoviano, solo puede compartir la foto del cochinillo con sus amigos del Fesbuk.

Con el segundo vaso de vino siente calor en su interior, con el tercer vaso de vino las letras de las paredes pasan pagina y su corazón sufre, no por los efectos del vino, igual que la canción de Alejandro Corazón Compartido, su corazón esta compartido con Franciscopulos por su amor a la princesa Mari Cruz Campo y confuso, quiere pedir consejo al Obispo en la Catedral.

Con las últimas gotas de la botella de vino piensa en tirarse desde el acueducto y acabar con este sufrimiento, pero con el café su mente se despeja y recuerda los buenos momentos vividos con Franciscopulos, Afrodita y la princesa, no puede dejar solo a su amigo Franciscopulos en su escolta y cuidado de la princesa y en su conquista de los cien de Madrid a Segovia, esta dispuesto a cualquier sacrificio por ayudar y cuidar a la princesa en su vuelta a palacio.

Con él estomago lleno Albertopulos se dirige a la Catedral donde le piden tres monedas para conservar y restaurar los monumentos y contemplar las reliquias de la Catedral, cuyas obras comenzaron el día 8 de junio de 1525 y se consagro el 16 de julio de 1768 por el entonces Obispo de Segovia, don Juan José Martínez Escalzo.

Recorre las capillas, el claustro, coro y altar mayor, no encuentra al Obispo ni a ningún cura, recuerda al Benedictino Morales del Paular que dio consejo a la princesa en el sentimiento del amor.

Sin consejo obispal Albertopulos vuelve a Madrid en el autobús de las cuatro de la tarde. En el autobús se queda dormido, normal después del madrugón, la carrera, la comida y el vino, a pesar de tomar un par de cafés el sueño le vence.

Sueña con el final del cuento, a lo mejor continua la historia de amor compartido, pasada una semana de la visita al Monasterio del Paular, Franciscopulos y Albertopulos no conocen los consejos del Benedictino Morales y no saben si al final la princesa Mari Cruz Campo aceptara su amor compartido.

1 comentario:

  1. Jajaja, lo del pino no es muy romántico para ésta historia, pero es muy divertida ;-)

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