sábado, 25 de abril de 2015

I Puritani (Il Viaggio di Nemorino)



El viaje de Nemorino empieza en diciembre cuando compra su entrada para la ópera I Puritani de Bellini en el teatro Regio de Turín.
Su amiga soprano Desiree Rancatore canta en esta ópera en el papel de Elvira, días más tarde reserva el vuelo y el hotel, solo tiene que esperar varios meses hasta que llegue el día de viajar a Turín.
Mientras espera en su vida aparece una profesora siciliana que enseña a niños emigrantes con problemas familiares, mientras algunos padres beben otros tocan los domingos en la calle para pagar el colegio a sus hijos. Todos la conocen como Manu la mejicana por su acento cuando habla en español, el acento lo  tiene  desde su vuelta de México, le gusta viajar y descubrir mundo, en uno de sus viajes a Santiago de Compostela en una de las etapas del camino, conoce a un franciscano de nombre Paco que ayuda en su camino a los peregrinos más necesitados y les prepara la cena.
Manu la mejicana vive en Turín en un barrio cercano al mercado, donde en los puestos callejeros se encuentra de todo y a gente de otros lados, donde por las noches las mozas que pasean solas son acosadas por hombres embriagados y los niños delincuentes se esconden en parques y plazas. Pero a Manu la mejicana una mujer de carácter por las noches no le asustan  los embriagados y los niños delincuentes cuando vuelve  a casa, en la vía Julio Cesare enfrente de la antigua estación.
Volviendo al camino de Santiago en donde el franciscano  Paco  continua hasta Finisterre, en este tramo  del camino pagano conoce a Nemorino y comparten  las vivencias del camino forjando su amistad y así gracias a Paco que les bendice Nemorino y Manu se conocen, primero se escriben cartas electrónicas antes de su encuentro en la Plaza de San Carlo de Turín en el mes de abril
Volviendo  al principio del cuento encontramos a Nemorino con su entrada para la ópera I Puritani  para el sábado 18 de abril en el Regio de Turín, primer recital de su amiga la soprano italiana Desiree Rancatore.
El viernes por la noche viaja desde la terminal 4 del aeropuerto de Barajas con destino Turín aterrizando veinte minutos antes de la hora prevista, en su maleta un neceser casí vacío por culpa de los controles del aeropuerto, una policía con cara de pocos amigos le quita los líquidos y aerosoles a pesar de los intentos de Nemorino de convencer a la policía por estar medio vacíos, menos mal que le dejan el colgate y la colonia de Chanel, en el bolsillo de su maleta tres libros uno para el viaje y los otros dos para Manu y Desiree.
En el aeropuerto de Caselle Nemorino coge un taxi para ir al hotel que esta en la Plaza de San Carlo, pero el taxista no conoce el hotel y Nemorino no tiene datos para buscar la dirección del Hotel San Carlo, el taxista le deja en la plaza con su maleta en busca del hotel al final preguntando lo encuentra  en el piso cuarto de un inmueble, en la recepción le toman los datos y le acompañan a la habitación la número 8, son casí las doce de la noche y Nemorino sale a pasear por el centro para tomar algo, mientras camina por los pórticos soluciona con su compañía el tema de los datos del móvil, pasa por varias plazas y no encuentra nada para tomar una cerveza son más de la una y no encuentra los sitios de marcha en Turín, volviendo al hotel sin tomar nada es hora de dormir, pensando en Manu y Desiree le cuesta dormirse.
A las ocho de la mañana esta levantado, desayuna en la plaza de San Carlo un café y un bollo, en donde a las once en la puerta del hotel conocerá a Manu la mejicana, pero antes tiene tiempo de pasear y fotografiar los monumentos como las mujeres italianas, mientras toma un capuchino en el café reale por el messenger da los buenos días a Desiree. De vuelta a la Plaza de San Carlo  espera a que llegue Manu son casí las once de la mañana, por fin Nemorino conoce a su guía gracias al franciscano Paco.
Por la mañana visitan los barrios altos al otro lado del río Po, aquí hay una copia del Panteón de Roma y unas bonitas vistas de la ciudad, en una pequeña plaza en el cuadrilátero  hay un restaurante muy animado donde se sientan a comer.
Por la tarde visitan los barrios bajos, el mercado y sus puestos callejeros  donde se puede comprar de todo, a Nemorino le recuerda el Rastro de Madrid. Manu le muestra su casa donde tiene un fresco en el techo y una escalera de caracol muy antiguos y le ofrece un té. Son casí las cinco y todavía tienen que probar el Bicerin y visitar otra iglesia de Turín.
Después de todo el día caminando solo a primera hora de la mañana y con Manu el resto del día, vuelven a la Plaza de San Carlo donde se despiden  con un beso y un hasta mañana, Nemorino sube a su habitación para arreglarse para ir a la ópera, a las siete trajeado paraguas en mano sale del hotel y camina por los pórticos para no mojarse hasta la Piazza do Castello donde esta el Teatro Regio, en la entrada le dan la bienvenida con un caramelo y el programa de mano, enseguida encuentra la puerta de espejo para acceder a los camerinos después de la ópera.
Ocupa su butaca de platea en la fila 6 minutos antes de que comience I Puritani, a las ocho el director musical Michele Maroti saluda al público y batuta en mano dirige los primeros acordes de la ópera de Bellini.

Nemorino espera a que aparezca en escena su amiga Desiree Rancatore en el papel de Elvira, se emociona al oír su voz en el Regio de Turín, al final del primer acto los aplausos y gritos de Brava, Brava del público emocionan a Desiree, Nemorino sabía lo de la alergia y el dolor en la planta de un pie que padecía su amiga, además el escenario inclinado y rugoso no mitigaba su dolor con el pie desnudo.
Un breve descanso para el segundo acto con pocos cambios de decorado donde Desiree aparece con un vestido blanco, este es su momento la escena de la locura de gran dificultad vocal para las sopranos, pero Desiree a pesar de su alergia canta de maravilla de pie o tumbada a pocos metros de Nemorino que espera el momento de aplaudir y gritar Brava, Brava Desiree.



Al final de la ópera el público aplaude a los artistas especialmente a Desiree Rancatore muy querida en su país, volviendo a emocionar a Desiree y Nemorino que abandona su butaca para ir a toda prisa a felicitar a su amiga, la puerta esta cerrada y tiene que esperar para entrar, de pronto la puerta se abre ya puede entrar baja por una estrecha escalera a la planta de abajo donde están los camerinos, en el segundo pasillo se encuentra el de Desiree que no esta. Nemorino espera en la puerta pero no esta solo como en el Teatro Real, de pronto con un bello Kimono aparece Desiree que saluda uno a uno a los presentes, Nemorino no tiene prisa y espera su turno para entregar un regalo a Desiree el libro de Cupcakes dedicado por Alma Obregon, poco a poco la gente se va marchando con su firma y foto con Desiree, Nemorino continua allí en la puerta del camerino no quiere que se acabe este momento y vaya momento que pasa después, tras despedirse de su amiga con un beso y un hasta mañana, buscando la salida del Teatro Regio vuelve a la entrada encontrando las puertas  cerradas y las luces encendidas, esta atrapado como el Fantasma de la Ópera en lugar de París esta en Turín, menos mal que la puerta de espejo continua abierta para  bajar otra vez por la escalera, encuentra puertas cerradas y cables por todos los lados,  mira a su izquierda y puede ver parte del decorado, esta a un lado del escenario y solo ya no hay nadie por ahí, por fin encuentra la escalera de  la salida de artistas donde suena la alarma cuando sale por la puerta.


En la calle encuentra a Desiree con su madre y un grupo de amigos, continua lloviendo por lo que camina por los pórticos unos metros por detrás de ellos, intentando recordar la calle que le había dicho Manu para cenar algo.
Cuando llega a la esquina la madre le dice a Nemorino que si quiere ir a cenar con ellos. Él  encantado de ir a cenar con Desiree y amigos, la pena que es tarde y no encuentran sitio para comer algo y  Desiree  cansada  se marcha a casa. En este momento Nemorino echa de menos su Madrid allí habría cenado con Desiree y más amigos. Nemorino también esta cansado y hambriento, caminando solo por los pórticos mojándose el traje por culpa del viento, en la plaza de la estación  encuentra un pub donde toma una pinta de cerveza belga y una hamburguesa antes de volver a su hotel son más de las dos de la mañana y el día ha sido intenso.
Al día siguiente unos niños no le dejan  dormir y se levanta pronto, a las ocho y media esta desayunando en la plaza de San Carlo donde Manu la mejicana no llegara antes de las once, tiene tiempo de pasear y desayunar otra vez en el Café Fiorio donde horas más tarde se encontrara con su amiga Desiree, vuelve a la plaza de San Carlo a esperar a Manu es hora de probar el autentico helado italiano, Manu tiene una lista de las mejores heladerías que se encuentran en el cuadrilátero pero antes de las doce están cerradas, el helado lo toman de Pepino  sentados en un banco en la Plaza Carlo Albero, a pesar que en Italia los helados se toman caminando.


Continúan paseando hasta la una y en el Café Fiorio esperan a Desiree habían quedado para despedirse, en el salón se sientan en una mesa a tomar un café y hablar tranquilamente, al principio Nemorino habla poco porque con dos mujeres juntas ya se sabe que pasa. El se siente periodista de la revista Ópera Actual escuchando a Desiree hablar de su recital del sábado, de otros colegas, sus proyectos, de Madrid y su ex Alfonso Romero con su proyecto de juntar dos óperas musicalmente difíciles  como Cavalleria Rusticana + Pagliacci, Nemorino al oír a su amiga se da cuenta que además de ser una gran artista es una bellísima persona.
Antes de las dos Desiree se despide de Nemorino y Manu tiene otros compromisos con su agente artístico. Una de las cosas que tiene que probar Nemorino es la autentica pizza italiana, al igual que con los helados Manu tiene una lista de las mejores pizzerias que también están en el cuadrilátero pero los domingos cierran, buscando otra pizzeria aunque no sea la mejor a Nemorino le gusta de todas formas.
Después de comer pasan a ver el balcón del Concerto di balcoccino que pena que no tiene tiempo de quedarse tiene que volver a Madrid. En la Piazza do Castello mientras los taxistas discuten de cuál es el primo (primero), Nemorino se despide de su amiga Manu la mejicana antes de subir al taxi, al final el primo es Nemorino que tiene que pagar otros treinta y cuatro euros al taxista en el aeropuerto.
Nemorino tiene otro motivo para volver pronto a Turín visitar a su amiga Manu pero tendrá que esperar a que termine las obras de su casa.


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