lunes, 12 de junio de 2017

In War & Peace



El domingo 4 de junio por la noche en el cielo de Madrid un resplandor anuncia la vuelta de Nemorino a la tierra. Las últimas semanas hechizado por la Zarina de Shemejá había estado en Venus.
El martes 6 por la mañana para olvidar a la Zarina viaja en tren a la ciudad de Oviedo, allí vive su amigo Rafael y no hace mucho tiempo en el Teatro Campoamor, en la gala de los Premios Líricos había pasado una noche inolvidable con su amiga Nino Machaidze, que recogió el premio a la mejor soprano.
Teatro Campoamor

Su viaje a Oviedo se debe al concierto “In War & Peace” de la mezzosoprano Joyce DiDonato, Nemorino había visto a Joyce en el año 2009 en la ópera de la Bastille y en el Teatro Real.
Con este concierto terminan sus viajes de ópera de la temporada, a falta del últimos concierto el viernes 30 de junio en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, para cerrar su novena y mejor temporada lírica.
En el viaje Nemorino mientras escucha el CD “In War & Peace” de Joyce DiDonato, recuerda los buenos momentos de esta temporada y como olvidarse de su amiga Venera Gimadieva la Zarina de Shemajá.

En Oviedo Nemorino se aloja en el hotel Ayre Ramiro I al lado del Auditorio Príncipe Felipe que cierra la temporada con este concierto. Antes del concierto de Joyce, tiene tiempo de olvidar a la Zarina de Shemajá  bebiendo culines de sidra, acompañados de  fabes y cachopo de merluza.  Ese día se celebra en el Campo de San Francisco la fiesta del bollo preñao, con los bollos que  come, las fabes y el cachopo el preñao del día es Nemorino.


A las siete de la tarde en la puerta del auditorio, se encuentra con su amigo Rafael. Esta vez no canta el gallo en el gallinero, sus entradas en primera y segunda fila del patio de butacas.
Sentados en su localidad ven sobre el escenario a Joyce DiDonato esperando a que den las ocho.


Las luces se apagan y sobre el escenario aparece un bailarín con el torso desnudo y la agrupación de música de cámara “Il Pomo d’Oro” dirigida por Maxim Emelyanychev.
Antes del concierto en la entrada, Joyce DiDonato había preguntado al público, ¿que hacían para estar en paz en este mundo?, las respuestas se depositaban en varias urnas.
La primera parte del concierto dedicada a la Guerra con obras de G.F. Händel, L. Leo, H. Purcell y C. Gesualdo, muy emotivo el final con el aria “lascia ch’io pianga”.
En el intermedio de treinta minutos no pueden tomar nada porque el bar del auditorio está cerrado.
La segunda parte dedicada a la Paz con obras de G.F. Händel y H. Purcell, memorable la interpretación de Anna Fusek con la flauta y su duelo con Joyce DiDonato.
Al final del concierto unas palabras en español e inglés de Joyce DiDonato emocionada por los aplausos del público, agradecida canta un par de bises para concluir el concierto “In War & Peace”.
Después del concierto Joyce firma discos en el foyer del auditorio, Nemorino había comprado el domingo el Cd “ In War & Peace” en la tienda del Teatro Real, para facilitar la firma una mujer va preguntando el nombre y lo apunta en un posit, por orden del auditorio no están permitidas las fotos con Joyce DiDonato.


Nemorino y Rafael esperan su turno en la fila para saludar a Joyce y tener el CD firmado, al lado de su hotel tapean unas raciones de croquetas y pulpo, para bajar la cena y lo que había comido por el día, Nemorino acompaña a su amigo a casa que no está lejos, continúa con su paseo por el casco antiguo encontrando en su camino al fantasma del Comendador de Don Giovanni, en la plaza de la Catedral.

Al día siguiente en el desayuno encuentra en el periódico, una foto del concierto donde aparece sentado en segunda fila. Se marcha a comprar al mercado del Fontán productos asturianos para llevarse a Madrid, en la plaza de la Catedral ya no está el fantasma del Comendador, por el día está la estatua de Alfonso II, el Casto. En el Trasgu de la Catedral compra una pareja de asturianos para la boda de una amiga y una muñequita asturiana para Venera Gimadieva la Zarina de Shemajá.
Nemorino no olvida a la Zarina recordando sus días en Venus, el viernes 9 de junio en la última función de “El Gallo de Oro”, en la puerta de los artistas quiere despedirse de su amiga Venera con un regalo recuerdo de su viaje a Oviedo.
Su tren de vuelta a Madrid es por la tarde, tiene tiempo de visitar el museo arqueológico y en el bulevard de la sidra degustar los productos asturianos.

Con las fabes que ha comido estos días, en el tren de vuelta su estómago está “In War & Peace”, en los momentos de paz escucha el postcats de radio clásica de la retrasmisión del sábado 3 de junio de la ópera “El Gallo de Oro”, otra noche inolvidable de Nemorino.
El viernes 9 de junio es la última función de la ópera “El Gallo de Oro” y Nemorino espera el final de la ópera, contemplando la puesta de sol en el Palacio Real .


A las diez y media continúa esperando en la puerta de artistas del Teatro Real, esta noche en la puerta está Miguelón que conoce a Nemorino, diez minutos después termina la última función de “El gallo de Oro”, desde la puerta se oyen los aplausos y bravos del público del Real.
A las once de la noche Nemorino sube a los camerinos, en las escaleras se encuentra con Matabosch director artístico del Real. En la entrada al escenario junto al espejo del pánico, charla con Lilia Kazakova la traductora de ruso, en el pasillo no hay público esperando, solo están las asistentas de sastrería y peluquería con la peluca negra y sedosa de la Zarina de Shemajá.
Mientras espera a su amiga Venera Gimadieva, agradece al tenor Sergey Skorokhodov su ayuda en el brindis de la Traviata el sábado pasado.
Nemorino saluda con besos a Venera que agradece el regalo una muñequita asturiana.
Venera y Nemorino

Minutos después se despiden hasta dentro de un año, cuando Venera Gimadieva vuelva a Madrid a cantar en la ópera “Lucia di Lammermoor”.
Nemorino se alegra de haber conocido mejor la ópera rusa, haber visto cinco veces a Venera y tener nuevos amigos en el Facebook, Sergey, Lilia y la madre de Venera.




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