domingo, 25 de marzo de 2012

El Cuentista y las Fallas



En el puente de San José el cuentista viaja a Valencia a la fiesta de las Fallas, el viernes por la tarde con trafico lento llega a casa de su hermano a las once y media, su hermano trabaja de noche y el tío se queda con los sobrinos.

A la mañana siguiente, mientras su hermano duerme, se va con los sobrinos a ver las fallas de Mislata y tirar petardos en el parque del Príncipe, acompañado por una Alhambra y bravas en donde siempre.

Por la tarde con su hermano y sus sobrinos de paseo por las fallas de Valencia entre la gente, primero visitan la falla del Convento de Jerusalén que tiene el tercer premio, después la falla del Pilar y la de Na Jordana al lado de las Torres de Serrano, todas de categoría especial también hay fallas menores e infantiles.

Pasan por la ofrenda de la Virgen con su manto de flores y por la plaza del ayuntamiento con su falla fuera de concurso, ya esta preparada la mascletá del domingo.
Por la noche en Mislata bajan a la mascletá y a la berbena hasta la una de la mañana.

El domingo por la mañana el cuentista se va solo a Valencia a la mascletá de la plaza del ayuntamiento, de Vicente Caballe el mejor pirotécnico de España, después de esperar dos horas al sol, el cuentista emocionado disfruta de la mascletá en primera fila enfrente del cuerpo de bomberos, es algo que no se puede contar, ahí que vivirlo, son cinco minutos impresionantes, desde el balcón la alcaldesa Rita Barbera canta al lado de la fallera mayor.

Estos días en las fallas se acuerda de su madre que descansa en paz en el mar de Valencia, en la tierra donde nació en el año treinta y seis, también de sus amigas Estrella y Soledad amantes de la fiesta y de Mari Cruz Campo con una cruzcampo en la mano.

La tarde del domingo vuelve a ver fallas con su hermano y sus sobrinos, primero la de Nou Campanar con su doblete, disfrutan de un chocolate caliente con churros y la de la antigua campanar con la tumba de Casanova, famoso por su buena ......

Por la noche después de cenar, el cuentista vuelve solo a Valencia, a ver las fallas mejor iluminadas, donde esta la falla del segundo premio, a las once y media pasea por la gran vía hasta el puente del mar, donde espera dos horas en primera fila la nit del foc, un castillo de 20 minutos de Vicente Caballe con dos mil kilos de pólvora.
Esta vez pensando en sus amigos graba con su cámara, parte del espectáculo que viven en directo setecientas mil personas en Valencia.

En un mar de gente avanza despacio hasta la puerta del mar, que cruza para dirigirse a las torres de Serrano, donde con una cerveza Amstel disfruta del baile de una buena moza, continua por el cauce del Turia hasta el parque de Cabecera, que cruza solitario hasta casa de su hermano.

El día de San José se levanta casi a las doce y después de desayunar, baja con su hermano y sus sobrinos a tirar los últimos petardos de la caja en el parque, mientras los niños juegan el cuentista con su hermano esperan al lado de la falla con una alhambra, a que la fallera encienda su última mascletá de estas fallas del pirotécnico Gori, que graba para sus amigos de Feisbuk.

De vuelta a casa los sobrinos quieren ser como su tío el cuentista y crean su propio blog de historias de monstruos y cuentos de princesas.

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