La Sureña

Una tarde de sábado Mahouhamed paseaba por la gran vía y su móvil vibro, era su amiga Mari Cruz Campo para ver como estaba por la perdida de su madre.

No sé si por casualidad encontró a La Sureña con los cubos de san Miguel y recordó lo bien que lo pasaron hacía unos días en La Sureña de la cava, con el lobito y sus mejores amigas Mari Cruz Campo y Estrella.

Nadie sabe como se llama el lobito y Mahouhamed le busco nombre para su próximo cuento, que ahora escribo en mi cuaderno (véase, foto en fesbuk), el lobito Amstelmo. Ahora solo falta buscar un día para volver a la nueva Sureña con el lobito y sus amigas, también se acordó del primo Jorge y Miguel Alhambra con los que había corrido tantas veces y no precisamente juergas, sino kilómetros.

Ahora Mahouhamed tenia que dejar el lado oscuro y volver a entrenar para sus retos deportivos del año, aconsejado por Miguel Alhambra dejarse de cuentos.

Pero pensaba que siempre había tiempo para volver con sus amigas a La Sureña y que volver de vez en cuando al lado oscuro si es con Mari Cruz Campo y Estrella no estaba tan mal estar en el otro lado.